![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0MoalIDUyeElp6hZrBBPRr7bKeh8hhkZ5G9SqxedCwAxQOthSOFZq9pRaNEWiOpzzzIekIF3gIH-iRNfZhBxsbUobAHZYsvtiy2fXKBRgCxoo2qPhKLGQefUSfPIDFLl_uekysnsCSXg/s200/177411.jpg)
Sin embargo, los nuevos organismos transgénicos han estado provocando propiedades indeseadas, sea para los consumidores (como la producción de alergias o la resistencia a antibióticos) o sea para la relación de estos organismos con otras especies de su medio ambiente (provocando la muerte de insectos no deseados o contaminación por polinización de otras especies nativas de maíz).
La producción de organismos genéticamente modificados en su mayor parte son creaciones de empresas transnacionales a las cuales lo que les interesa es la generación de ganancias extraordinarias, con la menor cantidad posible de costos. Por ello, las nuevas variedades de maíz se diseñaron para resistir el consumo indiscriminado de herbicidas que la mismas empresas transnacionales producen (Monsanto, Novartis, Du Pont, etcétera). La resistencia a los herbicidas hace posible que la planta sea roseada con grandes cantidades sin que muera o bien le brinda a la planta la capacidad de resistir insecticidas más tóxicos que los usuales.
No casualmente este
tipo de productos aumentan severamente los riesgos en la salud, al tiempo que
vuelven al agricultor un esclavo dependiente de los nuevos paquetes
tecnológicos.
*credito de fotografía:
*credito de fotografía:
No hay comentarios:
Publicar un comentario